Entre vidrieras modernistas con motivos florales y cintas Art Nouveau, la anfitriona recibe a sus invitados: la luz teñida de verdes, rosas y amarillos se posa sobre las prendas, como un decorado natural que realza cada gesto.
“The Host” es una exploración de la elegancia atemporal: cortes fluidos y estructurales que dialogan con las geometrías de las barandillas de hierro, mientras los detalles artesanales evocan las molduras y ornamentos que aún sobreviven en este espacio.
Aquí, la moda se convierte en arquitectura vivida: sólida y etérea a la vez, tan efímera como la luz en los vitrales, tan duradera como la memoria de la casa que la acoge.